Agustina cherri Aquella chiquitita… Arranc� cuando ten�a 6 años en el programa de Flavia Palmiero y protagoniz� tiras como Grande P�, Chiquititas, Verano del ’98 y Son Amores. Actualmente forma parte del elenco de Hombres de Honor. La actriz de 22 años hace una pausa en su agitada agenda para reflexionar sobre su carrera y los avatares de la fama.

Cuesta encontrar a Agustina Cherri. Y no se trata �nicamente del ritmo agitado que le impone el hecho de integrar el elenco de una de las telenovelas m�s vistas del momento. Ella es de las que prefieren resguardar celosamente los pequeños secretos de su vida cotidiana, y no ahonda en detalles. Pero all� estamos, caf� de por medio, dispuestos a intentar descubrir el mundo privado de esta actriz de 22 años, de la que se conoce tanto y tan poco a la vez. La mañana de invierno amanece particularmente fr�a y Agustina llega –puntual�sima– envuelta en un tapado rosa, perfectamente combinado con su�ter, bufanda y zapatillas al tono. Una congesti�n la tiene casi sin voz pero ella sonr�e y se entrega a la charla mientras peinador y maquilladora la preparan para las fotos. La historia podr�a decir que todo empez� con un sueño. “Ten�a 6 años y era fan�tica de Flavia (Palmiero). En su momento ella explotaba y era mi �dola as� que volv� locos a mis padres para que me lleven al casting”, recuerda Agustina. –¿Estabas segura de que ibas a quedar? –Ni me acuerdo. Era chica y lo �nico que quer�a era ver a Flavia. Era el primer casting y encima los tomaba ella as� que la vi, la salud� y estaba feliz. Si no quedaba, me iba a mi casa y ten�a el beso de Flavia, suficiente. No se equivocaron los que se dieron cuenta de que, detr�s de ese par de ojos negro azabache que brillaban con fuerza en cada sonrisa, hab�a una buena dosis de talento. Agustina empez� a bailar en el programa de televisi�n y pronto llegaron las obras de teatro y las giras. “Lo hac�a desde la inconsciencia total. No tengo recuerdo de decir ‘huy, voy a subir al escenario del teatro Opera con 6 años y dos mil personas me van a estar mirando’. Era m�s bien pensar en ‘¿a qu� hora vamos a bailar?’ y me divert�a”, reflexiona. Nunca dej� de trabajar. Tras pasar por diferentes tiras la llamaron para sumarse al elenco de ¡Grande P�! y termin� protagonizando la primera entrega de Chiquititas. –De alguna manera, eso te llev� a convertirte en un referente para muchas chicas… –No lo siento como una carga. Aunque hubo una �poca en la que me traumatizaba un poco m�s el tema de los niños. Si estaba fumando y aparec�a un chico apagaba corriendo el cigarrillo; o iba a cenar con amigos y no ped�a alcohol porque en el restaurante hab�a una familia con nenes. Es que, en realidad, me imaginaba lo que me hubiera pasado a m� en ese momento si me la encontraba a Flavia en una situaci�n similar. La lista de �xitos es generosa: Verano del ’98, Cabecita, Son Amores y Pensionados. Tambi�n particip� de la pel�cula-homenaje a Rodrigo y le puso la voz a un dibujito animado. En la actualidad, de lunes a viernes se mete en la piel de Angela, una de las protagonistas de la telenovela Hombres de Honor. “¿Viste como sufre mi personaje? ¡Estoy cansada de que me hagan llorar todos los d�as!”, bromea. –¿Te gusta mirar tele? –Me gusta mirar el programa en el que estoy trabajando, pero m�s que nada porque con el ritmo diario es muy dif�cil estar atento a lo que hacen los dem�s. Y verlo es una manera de darte cuenta de por d�nde va el resto. Si no, se vuelve en alg�n punto algo muy ego�sta, porque cada uno va y hace lo suyo. A la hora de pensar en lo que har�a si le regalara 24 horas de anonimato absoluto, mueve los ojitos con cara de divertida y larga la carcajada. “Tantas cosas… En realidad son un mont�n de pequeñas cosas. Mi familia es del Gran Buenos Aires y yo tengo que vivir en Capital para trabajar. No puedo llevar ni traer a mi hermanito de 7 años del colegio y tampoco puedo ir a los actos escolares porque se arma un l�o b�rbaro y a �l no le gusta, entonces me pide que no vaya. Le da verg�enza, no le gusta que saluden a su hermana, no s�…”, responde. De su vida privada contar� que es de Pilar y que sus amigas siguen siendo las mismas de toda la vida. “Es un pueblo –sostiene, y enfatiza–. El verdadero Pilar, claro. Ahora todos vivimos en countries y esas cosas pero antes no era as�”. Se entusiasma a medida que empieza a hablar de los suyos y su voz toma otro color. “Los viernes son sagrados. Llego a grabar con el bolsito y como termino, me voy directo a la casa de mis padres y no vuelvo hasta el lunes”, agrega. –Totalmente renovada… –S�iiii… Cuando por alguna raz�n no puedo ir empiezo la semana de muy mal humor. Aparte extraño a todos. ¡Ac� estoy m�s sola! Mam� Silvia tiene una peluquer�a, pap� Carlos una casa de antig�edades y sus dos hermanos van al colegio. “Nada que ver con lo que yo hago. Tampoco se interesan mucho… ‘Si vos sos feliz…’”, repite emulando el mandato familiar. –Sabemos que te gusta cocinar… –Soy medio vaga. Tendr�a que hacer alg�n curso, lo que pasa es que no tengo tiempo. Pero busco libros y miro los canales dedicados al tema. ¡Me compro todos los utensilios! Al divino bot�n, porque despu�s no los uso. –¿Ten�s alg�n otro hobbie? –Yo hago de todo, pero mal. Me gusta pintar, pero nunca estudi� pintura. Igual que con la cocina. Me compro los bastidores y pinto. Un desastre, cualquier cosa. Pero me encanta. Mi casa est� llena de pinturas m�as. Se las regalo a mam� y a mis amigas. –¿Y tu relaci�n con la gente? –Es raro, porque te quieren pero no te conocen. Entonces desde el principio es una relaci�n falsa. Te das cuenta de que te saludan y en realidad est�n saludando al personaje que est� en ese momento, o al que les qued� a ellos. Me sigo encontrando con viejitas que me tratan como si fuese la de ¡Grande P�!, la chancle. ‘Pobrecita la nenita que la mami se muri� –dice en tono de broma– ¿C�mo est�n las primitas? ¿Y el t�o Arturo?’ ¿Y qu� le voy a decir a Doña Tota? Con cada uno ten�s que ir viendo, lo que puede ser divertido tambi�n… Se complica un poco la relaci�n con la ‘prensa chimentera’. “Es que hay un l�mite –justifica–. Llegaron a sacarme fotos dentro de mi casa. Y bueno, han dicho cada cosa. Si fuera por ellos, ya hubiese tenido cinco hijos… La primera vez que dijeron que estaba embarazada me llam� mi pap� (pone voz gruesa): –‘Agus, ¿est�s embarazada?’ –‘No p�’. –‘Pero ac� en la tele est�n diciendo…’ –‘No pap�, vos preguntame siempre a m�’ Ellos no entienden estas cosas. Mi abuela tampoco. Cuando me peleaba con Nicol�s (Cabr�, su ex pareja), los periodistas dec�an que yo estaba deprimida y le pegaba al perro que �l me hab�a regalado (Vicente, un Caniche Toy blanco que todav�a vive con ella). Entonces me llamaba mi abuelita indignada (otra vez cambia la voz): ‘¡Agustina, el perro no tiene nada que ver!’”, relata entre risas. Lo de planear a futuro no es para ella. “Nunca s� c�mo va a ser mi d�a siguiente. No puedo organizar nada. Y tampoco tengo proyectos laborales a largo plazo. En el plano personal, casarme y tener hijos, como cualquiera”, resume. Ahora se apura porque tiene que empezar a grabar en Pol-ka. Se despide y se pierde por las calles del barrio porteño de Palermo. Probablemente no resulte sencillo volver a encontrarla.   A Chiquititas minden szerepl�j�vel k�sz�lt interj�. Ez Agustina Cherrivel van... Aki tudja l�gyszi ford�tsa le nekem, kap �rte 20 kreditet. Bye.: Agustina*